Hace bastantes años el rey de la casa en verano era el botijo. Se confiaba en el botijo para tener agua fresquita todo el dia. Lo colocabamos en el bacon toda la noche y el resto de la jornada en la cueva o en el portal de la casa para mantener esa temperatura casi helada. Unos años más tarde las neveras con un trozo de hielo en su interior los fue desplazando, hasta que los modernos frigoríficos los han mandado un poco al olvido.
Alguna vez hemos escuchado esa expresion de "es más simple que el mecanismo de un botijo", y es que la forma de funcionar un botijo es bastante simple, con ese sudor de su agua por la porosidad de la arcilla y el fenómeno de evaporación y condensación , hace que la temperatura del agua sea menor en unos diez grados.
No es preciso que por la crisis volvamos al botijo , pero su uso era muy creativo. Estamos en verano y en el portal de las casas viene bien tener a mano un botijo. Tradiciones que no conviene olvidar.
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