A estas alturas , Cospedal ha perdido el apoyo y el cariño que le dimos los ciudadanos de Castilla-La Mancha. Su gestión en nuestra Región no ha podido resultar más ajena a los castellano-manchegos a los que no solo ha vuelto la espalda.
Cospedal ha utilizado nuestra tierra a su antojo, una carta en su manga dentro de un juego de intereses en el que poco o menos pesaba el presente y el futuro de los ciudadanos. Todo lo contrario, también ha jugado con ellos desde la más absoluta insensibilidad rompiendo sus compromisos más firmes, traspasando líneas rojas que prometió no rebasar nunca como la de la Sanidad Pública. Ha contemplado insensible las imágenes de las urgencias colapsadas, ha inventado cada día una nueva farsa.
La culpa dijeron la tenía la gripe en diferido hasta que los médicos denunciaron el finiquito de dos pacientes en los pasillos. Ha jugado con nosotros hasta saciarse, nunca se ha acercado a los castellano-manchegos que le entregaron su confianza; no hemos sentido su cercanía, su calor ni su trabajo.
Por eso ahora se ve forzada a imponer una reforma electoral, para intentar que el puchero le cocine lo que vamos a negarle unos ciudadanos a los que ha desdeñado desde el minuto cero.
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