“En Almagro, resucita el teatro clásico español”, así titulaba José María Martínez Val el 31 de mayo de 1954 en Lanza su crónica sobre la reapertura, dos días antes, del Corral de Comedias de Almagro, tras siglos escondido junto al Mesón del Toro.
Fue a principios de 1952 cuando se descubrió la magnificencia de este espacio al derrumbarse por las lluvias un tramo de yeserías que cubrían las galerías del primer piso del mesón. Desde el primer momento la sociedad almagreña fue consciente de la importancia del hallazgo, quedando reflejado en las primeras informaciones publicadas por este periódico sobre el Corral de Comedias.
El 23 de octubre de 1952 el historiador Emilio Bernabéu ya resaltaba en las páginas de Lanza la singularidad del Corral de Comedias de Almagro. Tras recordar la tradición teatral española, detallaba las características del corral almagreño. “El patio de la posada era un teatro, que puede reconstruirse fácilmente, con sólo mirar un poco se puede reconocer donde el público, sentado o de pie, contemplaría los alegres espectáculos”.
Resaltaba Bernabéu los elogios que el Corral recibía de las autoridades y deseaba una pronta inversión para recuperar ese espacio.
30.000 pesetasFue el 20 de enero de 1953, cuando las páginas de este diario informaron sobre la subvención de 30.000 pesetas de la Diputación Provincial al Ayuntamiento de Almagro para la adquisición del inmueble. El entonces alcalde, Julián Calero, “defendió su petición informando de que se trata de un Corral de Comedias quizá único en España y en buen estado de conservación, siendo apoyado en ello por el presidente de la Diputación Provincial el señor García Noblejas, que manifestó la posibilidad de que en dicho recinto, una vez restaurado, actúen compañías de teatro clásico”.
Dos meses después el gobernador Civil de Ciudad Real, José María del Moral, informaba de la inmediata restauración del Corral de Comedias, “con deseos de que pueda hallarse dispuesto para fines de mayo próximo, donde, con motivo de la clausura del I Congreso de Educación y Cultura se gestionaría la celebración de unas representaciones por el Teatro Universitario Español”.
No estaría para ese mayo de 1953, sino el año siguiente, coincidiendo con unas jornadas literarias por La Mancha.
Baraja de 1725
La principal sorpresa durante las obras de recuperación fue el hallazgo de una baraja española completa datada en 1725. En enero de 1954 se informada de que “al derribar una antigua chimenea de campana, a ambos lados de ella, se hallaron dos mechinales como corrientemente suele haber en ellas, que se encontraban cegados y llenos de paja muy prensada. Al desocuparlos, comenzaron a salir entre la paja una serie de naipes antiguos y muy bien conservados, correspondientes a una baraja española de cuarenta cartas, encontrándose ésta completa”.
InauguraciónCon emoción escribía José María Martínez Val en mayo de 1954 sobre la reapertura tras las obras. Mientras se preparaba el montaje de ‘La hidalga del valle’, auto sacramental de Calderón de la Barca, resaltaba como se rompían todos los protocolos y las autoridades disfrutaban de la singular belleza del Corral.
“Hubo quienes no daban crédito a lo que habían visto y sacudían la cabeza y abrían y cerraban los ojos, y ya en la plaza volvían la mirada hacia el Corral, para acreditarse que no había sido un sueño de una caliginosa siesta manchega. Yo no podría comentar nada más. Sólo sé que fue verdad. Que en Almagro resucitó en el propio y único ambiente de su original semilla el Teatro Clásico Español”, concluía Martínez Val.
El festival, el impulso definitivo
Desde su apertura, numerosas voces exclamaban que el Corral no podía permanecer inactivo y como mera pieza de turismo. Ya en septiembre de 1954 García de Mora escribía al “corregidor de Almagro” para potenciar el “fermento del renacido amor al teatro”. Las reivindicaciones calaron y la actividad teatral en el Corral ha sido intensísima desde su reapertura. El primer gran evento llegó a mediados de 1955 con “Pemán, Buero Vallejo, Luis Escobar y otros primeros actores” que representaron ‘El alcalde de Zalamea”. Ese mismo año el ministro Arias Salgado envió a un equipo del NO-DO a grabar una obra de teatro. Televisión Española vio el potencial del Corral y a finales de los años sesenta desarrolló allí parte importante de su ciclo de teatro clásico, con numerosas emisiones en directo. El impulso definitivo llegó en 1978 con el Festival de Teatro Clásico, que ha llevado a las mejores compañías del mundo a Almagro.
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