Llevamos varias semanas hablando en el terreno de la política nacional de corrupción, de sobres y sobresueldos.Con desmentidos diarios a lo publicado primero por el periódico El Mundo y luego por El País.¡Es falso¡, ha sido la frase más coreada por todos los presidentes, secretarias generales, portavoces de partido y parlamentarios del Partido ahora gobernante.
En el pasado debate del Estado de la Nación el protagonista de cuentas secretas millonarias en Suiza ha sido el gran personaje innombrable desde las oratorias oficiales. Al no ser nombrado no se hacía presente. Al ser ignorado no había que dar explicaciones sobre una cuestión evidentemente incómoda.
Todo era falso, ya estaba expulsado del Partido Gobernante, desde el año 2010 ya no existía relación alguna con él. Cuando se descubre por los medios de comunicación que su alta en la seguridad social había sido real hasta finales de enero del 2013, se vuelve a negar la mayor.Se trataba de un finiquito diferido. Una simulación todo ello. Algo ficticio. Un rumor de malpensantes. Una maldición biblica del tiempo remoto ya superado.
Tras reirse de todo el país esquiando en una zona privilegiada de Canadá, nos hace a todos los paisanos una peineta y declara en el juzgado este señor innombrable que no es que tenga 22 millones en Suiza, es que encima ha llegado a tener 16 más, ahora gastados, enterrados en la nieve en polvo.
Y hoy, esta tarde, resulta que tanto negar una relación laboral inexistente, tanto decir que era un apestado, un iluso, un extraño, un tesorero fantasma; resulta que este señor innombrable les denuncia a sus antiguos empleadores de Partido Gobernante por "despido improcedente".
No sé qué dirán mañana los voceros de este lío y embrollo fantástico.Los almagreños y los españoles sí tenemos derecho a decir en voz alta y clara que: ¡nos están tomando el pelo¡. También podríamos pensar que son unos caraduras, unos pecadores mortales para una democracia tocada en la credibilidad ciudadana.
Sólo falta que digan que este señor que no puede nombrarse es un Zapatero cualquiera travestido de pijo alpinista que quiere acabar con los salvadores de la Patria.¡Al tiempo¡.
En el pasado debate del Estado de la Nación el protagonista de cuentas secretas millonarias en Suiza ha sido el gran personaje innombrable desde las oratorias oficiales. Al no ser nombrado no se hacía presente. Al ser ignorado no había que dar explicaciones sobre una cuestión evidentemente incómoda.
Todo era falso, ya estaba expulsado del Partido Gobernante, desde el año 2010 ya no existía relación alguna con él. Cuando se descubre por los medios de comunicación que su alta en la seguridad social había sido real hasta finales de enero del 2013, se vuelve a negar la mayor.Se trataba de un finiquito diferido. Una simulación todo ello. Algo ficticio. Un rumor de malpensantes. Una maldición biblica del tiempo remoto ya superado.
Tras reirse de todo el país esquiando en una zona privilegiada de Canadá, nos hace a todos los paisanos una peineta y declara en el juzgado este señor innombrable que no es que tenga 22 millones en Suiza, es que encima ha llegado a tener 16 más, ahora gastados, enterrados en la nieve en polvo.
Y hoy, esta tarde, resulta que tanto negar una relación laboral inexistente, tanto decir que era un apestado, un iluso, un extraño, un tesorero fantasma; resulta que este señor innombrable les denuncia a sus antiguos empleadores de Partido Gobernante por "despido improcedente".
No sé qué dirán mañana los voceros de este lío y embrollo fantástico.Los almagreños y los españoles sí tenemos derecho a decir en voz alta y clara que: ¡nos están tomando el pelo¡. También podríamos pensar que son unos caraduras, unos pecadores mortales para una democracia tocada en la credibilidad ciudadana.
Sólo falta que digan que este señor que no puede nombrarse es un Zapatero cualquiera travestido de pijo alpinista que quiere acabar con los salvadores de la Patria.¡Al tiempo¡.
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