Lo relevante de este debate no va a estar tanto en la derecha sino en el impacto que pueda causar entre los electores de la izquierda.
En la televisión pública se visibilizó con toda su crudeza el relato que ha armado la campaña de unos y otros: esto es lo que viene, la ultraderecha habla y la derecha calla y otorga.
Pero, además, los votantes progresistas pudieron contemplar aquello que precisamente llevaban reclamando durante toda la legislatura: dos socios diferentes que saben ponerse de acuerdo en lo importante sin dar el coñazo y no se confunden de adversario.
Nunca es tarde si la dicha es buena.
Antón Losada
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