Pedro a por el 27

 Ayer hubo una noticia muy buena para algunos y muy mala para otros: Sánchez anunció que se presentará a las nuevas elecciones.

Me parece excelente noticia, si queremos conservar este regalo en forma de gobierno progresista, con un presidente como Sánchez, no podemos dejar que nos lo arrebaten por insidia, pasotismo o, sobre todo, inocencia. La misma inocencia contra la que luchó Ulises, atado al palo mayor de su barco, para no entregarse a los cantos de sirena. En este caso, los cantos son del capitalismo, que pretende vivir a costa nuestra. Debemos dejar de ser ingenuos y aprender a desconfiar de promesas incumplidas que nos repiten día y noche en todos los medios.

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Hay un detalle clave para entender la situación: si Sánchez fuese un incompetente, no lo atacarían desde todos los frentes —oposición, casi todos los medios, algunos jueces y poderes establecidos—. Ese poder que cree que con dinero puede comprarlo todo se ha encontrado con alguien que no se vende al mejor postor. Algo poco común, porque muchos dirigentes que parecían intachables terminaron cayendo en las redes del poderoso don dinero.

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El pueblo, que camina con zapatillas de andar de prisa y se levanta cada día a trabajar, solo tiene un arma para que este gobierno progresista continúe: su voto. Debemos lograr que la izquierda, de una vez por todas, se una, sobre todo la que está a la izquierda del PSOE, para alcanzar un equilibrio real. Eso no significa que vayamos a conseguir todo lo que soñamos —porque siempre queremos más—, pero sí lo suficiente para vivir con dignidad: con un trabajo justo y con una pensión que permita a los mayores disfrutar de la última etapa de la vida.

Esa es la España que creo debemos defender.

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